Valentía

La valentía no va de oficio, se tiene, se pierde, se gana, aparece cuando hace falta, desaparece cuando no es necesaria su presencia o ni una cosa ni otra. La valentía aparece cuando hay miedo, cuando se atisba incertidumbre, cuando el terreno que pisas parece no ser fiable, cuando el medio en el que te toca actuar no es reconocible.
No creo que sea un valiente como los que aparecen en las películas, ni de largo, me gusta moverme en terrenos controlables, no soy para nada aventurero, como mucho me engancha "españoles en el mundo" o la versión más cercana, "familiares lejanos".
Pero cuando el capitán Alatriste manda desenvainar, aunque no sea mi terreno, trago saliva, y adelante. Tengo muchos motivos para seguir sin dudarlo, para aceptar el destino que no puedes ni medir ni controlar.
Tantos motivos como familia y amigos que les ha tocado estar en la trinchera, en el lodazal, en la duda y en el miedo.
Son todos ellos héroes cercanos que en los vaivenes de la vida te van preparando y naturalizando cualquier mínimo incidente pasajero.
No soy ni héroe ni valiente, aspiro a que alguien, alguna vez o simplemente una sola vez, piense un segundo que estuve cerca de ser un poco héroe y un poquito valiente.
Mis queridos amigos, nos vemos

Sueños

Esta foto es la de un soñador, como la de tantos y tantos soñadores con abundante pelo y poca barba. Porque los sueños empiezan pronto, también las dudas, también la valentía.
Soñaba con quedarme. Esta foto corresponde a la presentación del Sporting de primera división, en julio de 1988. A mi lado, grandes figuras consagradas, futuros futbolistas de prestigio y algún otro soñador como yo.
Rescaté esta foto de internet, porque en internet cabe todo. La saco a la luz hoy, recordándome a mi mismo los sueños que atesoran los jugadores hoy bajo mi responsabilidad.
Estuve en la frontera, en esa línea invisible donde todo te parece magnífico y a las pocas horas todo es un desastre. La atravesé por momentos y no niego el vértigo que me acompañó. La ambición y el inconformismo, no vienen de serie y hay que cultivarlos pero sin perjuicios a terceros.
Hoy la miro orgulloso. Orgulloso de lo vivido pero también de lo decidido. Uno no decide siempre, algunas otras dejas decidir, otras te dejas decidir.
Después de esta foto, cambió mi vida, probablemente ya lo había hecho sin yo saberlo un año antes. Viví por cuenta propia, sufrí por cuenta propia, me hice por cuenta propia. Tuve suerte o la busqué. Me quedé en la frontera. O me engaño o juraría que después la atravesé en alguna ocasión.
No añoro lo que no viví, tengo recuerdos agradables de esos momentos. Mi vida es digna, algo para mí, fundamental. Me rodea gente que me quiere, influyen en mi de manera continuada, me hacen mejor.
Aspiro a no romper sueños, a no ser obstáculo, a decidir justamente.
Mis queridos amigos, nos vemos

Viajeros

Familia deportiva y también practicante. No sólo aceptamos los resultados, del signo que nos toque, sino que llevamos el deporte adonde el destino nos requiera.

Este fin de semana fue de los de carretera y manta para casi todos. Por primera vez hubo coincidencia en el calendario y nos tocó chandal y autobús. A las dos de la tarde del sábado, David viniendo de Foz, Carmen hacia Monforte y yo cruzándome con el autobús de David entre Pastoriza y Meira, rumbo a Santander.

Natalia, haciendo guardia de garita en casa, alguien tiene que estar presente en el puesto de mando, en todo caso ya había pagado factura deportiva en el gimnasio alternativo semanal. Lo de alternativo es por lo de alternar día sí, día no.

Cada mochuelo a su olivo, cada uno disfrutando de lo suyo, del ocio del fin de semana. A unos les da por el senderismo, a otros por la siesta, unos van de vinos, otros dedican la tarde a repasar con sus hijos las tareas escolares. Yo me fui a Santander a un super hotel en temporada baja, que lo hace más asequible. Me fui con 16 hombretones y con una super persona, Martín Murado.

El cuerpo ya está poco habituado a estas aventuras viajeras si no es con la familia, recortar tanto el fin de semana ya no apetece, pero entrenar a un equipo de estas características, también trae consigo letra pequeña.

Al final del viaje, doscientas cincuenta y nueve mil setecientas cincuenta y ocho preguntas de David, qué comisteis, dónde parasteis, alineación, cambios, qué cenasteis, dónde se sientan los jugadores en el bus, a que juegan durante el viaje, quien repartió las habitaciones, que parejas iban, quien llevó libros para estudiar...

Carmen, una pregunta y una frase lapidaria, "¿jugó ?"... papá, eres muy malo.

Así es la vida, no se puede contentar a nadie, ni siquiera a los tuyos. Gajes del oficio, va en el sueldo, inconvenientes del cargo, en fin, llamarlo como queráis.

Acabado el finde, a remar contra corriente hacia el lunes. Es curioso, que democrática es la vida, puedes perder, ganar o empatar, puedes hacerlo bien, mal o regular, puedes estar contento, triste o ni fu ni fa, puedes ser feliz, infeliz o indiferente. Pero después del domingo viene el lunes, siempre. El fútbol, el voley y la vida nos da otra oportunidad semanal. Para los que ganan, para los que pierde, para los que empatan. Ojalá siempre veamos al lunes con optimismo, incluso los que tienen un lunes al sol. La esperanza es que sea el último lunes con ese sol.

Mis queridos amigos, nos vemos.

Cromos con nombre

Mañana tendré once escudos como este delante de mí. Recordaré con nostalgia los dos años que jugué con el Sporting en División de Honor Juvenil. Un honor nunca mejor dicho. Los mejores años de nuestra vida, podría resumirse. Los años más bonitos del mundo del fútbol, dónde juegas por el placer de hacerlo, dónde te enfrentas a toneladas de jugadores que darían todo por llegar a lo más alto, al igual que tú.
Conocí la escuela de fútbol más bonita del mundo, Mareo. Fui un privilegiado por poder dormir cada noche en mi cama y disfrutar de esas instalaciones al mismo tiempo.
No fueron fáciles los comienzos. Venía de un equipo modesto de Gijón, CD La Braña, me fichó el Sporting para jugar los dos años de juvenil que me quedaba.
El primero amargo por la poca participación pero enormemente productivo para mi futuro como jugador.
Fueron los primeros desplazamientos en autobús fuera de Asturias, fueron las primeras noches de hotel con un equipo, fueron las primeras cenas y comidas compartidas con los compañeros.
Lo que ahora te cansa y podrías prescindir perfectamente, antes era una locura durante la semana previa a un desplazamiento.
Mañana vuelve el Sporting. No conozco a nadie de los que se desplazan, pero miraré una y otra vez el escudo, el color rojiblanco.
Pasaron muchos años, pero cuando te llega una cita de estas, vuelves a recordar y a revivir un montón de secuencias que pasan a mil por hora, como pasa el tiempo, que no se detiene.
Son muy buenos, probablemente pensarían igual de aquel equipo juvenil de la temporada 81/82 que se proclamó subcampeón de España de juveniles. Me honro de haber pertenecido a él.
Tengo que competir contra ellos desde el banquillo, se enfrentan a jugadores que sueñan también con llegar a lo más alto, su altura de miras está en el Ángel Carro, pero ya es altura.
Lo intentaremos. Nos queda la esperanza cuanto menos de habernos enfrentado a jugadores que serán de primera división en pocos años, algunos alcanzarán la internacionalidad, puede que alguno consiga ganar un mundial o el balón de oro.
Nos queda la ilusión de que para alguno la meta del Ángel Carro sea posible.
Estaros atentos a sus nombres, los veremos pronto en los cromos.
Mis queridos amigos, nos vemos.

Ecuaciones

David me dijo que le motivaba hacer las ecuaciones con él. Dicho y hecho, lo que siempre fue una cruz, con el paso de los años es un divertimento. Me gusta hacerlas, hasta un determinado nivel, pero me encanta más verlo a él, pegado a mi, discutiendo la solución del ejercicio. David necesita a alguien cercano siempre. El truco de la motivación es un abuso por su parte, pero llegará el momento que uno eche de menos ese exceso.

Carmen, mientras discutimos si la solución es la correcta, se enrrolla con Amador, mejor dicho con su ética. Ver a Carmen con un libro en las manos, es tan normal que parece que forma parte del mobiliario de la casa, igual que ver a David, conduciendo una diminuta pelota, haciéndola rodar por el pasillo, recortando hacia su habitación, driblando un jarrón, haciendo una pared con la idem y rematando a bocajarro entre las patas de su mesa de estudio mientras inmediatamente después y sobre su cama bloca el balón americano que le trajo Luisete.

Va siendo también habitual ver a Natalia con un libro de cabecera, con alguno de ellos bien podría ahorrarse el gimnasio. Leer y hacer ejercicio es hacer doble deporte, el del cuerpo y el de la mente. No me preguntéis cual es más importante, con los tiempos que corren, tener la mente ágil puede solucionar más que rebajar la marca individual de la cocina al salón.

Luego está mi otra gente, mis niños, los padres de mis niños, los profes de mis niños, las novias y/o amigas de mis niños, sería un largo etcétera.

A uno de ellos se le fue el temperamento a hacer un recado y se le hizo de noche a las dos de la tarde. Nada incurable, nada irrecuperable. Hay que pasarlo, como se curan las gripes o bien con una semana en la cama o con siete días de reposo.

Por lo demás metidos en noviembre, ese mes que suena a nieblas, a tinieblas, a lluvia, a tristeza. Entre el atiborre de San Froilán y las cuchipandas de Navidad. Flojo, con poca alma. Menos mal que están David y Carmen para mantenerme despierto, Natalia obsequiándome con su presencia y con sus guisos, y mis niños poniéndome en alerta cada día exigiéndome su minuta.

En resumen, la vida es una ecuación diaria, con sus incognitas, son sus términos. Hay que dar con la solución.

Mis queridos amigos, nos vemos.

Los 40 principales

Abochornado, avergonzado, sonrojado, ruborizado. Así es mi sensación al haber abandonado a su suerte, o mejor dicho a la mía, al único elemento de mi vida que no me protesta, ni se enfada, ni discute, a mi blog.
Y por tanto a los que lo siguen día tras día, entreabriendo esta ventana esperando un párrafo que llevarse a sus ojos, una foto que observar o simplemente el acuse de recibo de una comunicación.
En mi descargo podría decir aquello de que en estos últimos meses no he tenido mucho que contar, que mi vida ha trascurrido sin sobresaltos, que los días fueron pasando con cierta normalidad, etc, etc, etc.
Todas mis excusas, además de no ser ciertas, no forman parte de mi forma de actuar, porque llevo diciendo a mucha gente cercana, que mi vida no contempla las excusas, que no mezclo bien con las disculpas (no las de perdón), que no es de mi aprecio la justificación.
En esas estaba cuando hoy me decido a retomar mi testamento digital. La cuestión testamental tiene algo de trampa, servirá para mí, para todos los que lo quieran revisar, pero es tan vigente, vive tanto el presente, es tan abierto, que asusta su interpretación.
Vivencias de todo tipo. Experiencias inconfesables. Sensaciones olvidadas. Sentimientos secretos. Daría para algún título más de películas de intriga. Pero esa intriga acaba en un estado de satisfacción.
Estoy fenomenalmente rodeado de compañeros y de amigos. Hablamos un idioma entendible, mostramos las mismas inquietudes y creo que nos complementamos cada día mejor. De todas formas, en casa, el tribunal que me acompaña cada día, es el que me exige más pero en el que encuentro más consuelo cuando las cosas salen regular.
La satisfacción que comentaba antes, viene de verte casi todos los días con cuarenta chavales entre 16 y 18 años, esperando tu mejor versión, esperando que no los defraudes, esperando sentirse mejores cada día. Ese es el lujo de mi trabajo después del trabajo.
Me atrevo a pronosticar que saldrá muy bien. Sabidas ya las primeras lecciones, empotrada la nariz con algún tabique desubicado, salpicado el pantalón en charcos invisibles, todo, absolutamente todo depende de nosotros. Porque no hay excusas, no hay disculpas, no hay justificaciones. Los 40 no lo merecen ni nos lo perdonarían.
Mis queridos amigos, nos vemos pronto, de verdad.

Verano

Verano de trasiegos, no es novedad en esta familia. Verano de ir y venir de maletas maltrechas por el uso. Culo de mal asiento dirían algunos, cumplir con compromisos dirian otros.
Estamos aquí pero si me apuráis un poco, cuando acabe de escribir este blog, probablemente no pueda asegurar que esté en el lugar donde lo empecé.
Y todavía queda movimiento. En varias entradas anteriores os había comentado que el fútbol trastocó el verano. No su climatología que eso no se sabe bien quien tiene los derechos, pero si el lugar.
Ya probé de todo, río, embalse y mar. El sol que salía, se aprovechaba y el balón rodando ya y con muchas cosas en la cabeza, muchos jugadores, muchas sensaciones, mucho hablar, mucho entrenar, mucho dirigir, mucho pasarlo bien.
Carmen estupenda, recordándome los sabores y sinsabores de ligoteos de verano, David con su fútbol, con su inteligencia deportiva que me hace reflexionar. Será de una gran ayuda en mi trabajo, me proporciona la sabiduría inocente. Natalia con ansias de playa y sol, aunque este fin de semana en Portonovo le supo a gloria, tres días playeros son un lujo muy recomendable.
Estuve en Sueros metiéndome en vena olores y añoranzas por igual. También cocido maragato a discrección, generoso y sabroso a partes iguales.
Mi gente allí, entre la alegría de la llegada y la tristeza por la partida. Entre la melancolía y el sufrimiento. Juancar con su mochila a cuestas, con su hotel a la espalda, feliz y joven.
Seguiremos este verano, ahora entre los bolos de pretemporada, entre la playa y el sol, entre el pescadito y la paella. Porque queridos amigos, no todo va a ser fútbol.
Mis queridos amigos, nos vemos.

Campeonas

Visitantes de excepción en nuestra casa. Claudia y Blanca campeonas en lo deportivo y con su visita, aunque ya lo sabíamos, en lo personal.
Son tridente, porque son tres, pero vinieron en pareja. En el trato cercano multiplican ampliamente su simpatía, su cercanía, su amabilidad y su personalidad.
Jovenes aunque sobradamente preparadas. Deportistas de alto nivel, personas de nivel insuperable.
Compartieron con nosotros deporte y conversación, una fusión perfecta, una mezcla invencible.
Los anfitriones, Carmen y David, no desentonaron en absoluto. Como ellos son, cariñosos y agradecidos con la visita ilustre.
A la cita no podía faltar la lasaña de Natalia, dicen los entendidos, "la mejor lasaña de todas las madres del mundo mundial", tampoco faltó el voley en la estrenada instalación, la pachanga futbolera con el veterano ilustre, el bañito, el basket, los naipes con Natalia, ni por supuesto el trasiego de habitación en habitación hasta que el tuenti las dejo dormir. Suena a mini olimpiada, suena a relax, suena a risas ( las de Blanca), suena a una jornada fenomenal.
Gracias Blanca, gracias Claudia "champi", por compartir con nosotros, gracias por hacernos disfrutar con vuestra presencia. Seréis siempre bienvenidas.
Mis queridos amigos, nos vemos

Cosquilleo...

... nerviosismo, hormigueo, excitación, inquietud, ansiedad. Calificativos que se resumen en feliz, aunque suene ñoño y algo ridículo. Creo que las cosas que se afrontan con un estado de felicidad, tienen pocas opciones de fracasar.

Miedo también tengo, miedo a desilusionarme porque la carga es muy alta, a menudo me intranquiliza lo perfecto que va saliendo todo, aunque todavía no me puse el chandal, no me calcé las botas, no fije el cronómetro en la muñeca ni siquiera estreché la mano de ningún jugador.

Pero estoy donde nunca imaginé que pudiera volver, y creo que en las mejores condiciones que nunca ambicioné.

Solo queda empezar y sobre todo disfrutar. Si me imagino que salga la mitad de lo que espero, lo pasaré muy bien, si sale todavía mejor, será impagable la experiencia.

Cuento con compañeros de viaje imposibles de mejorar, con futbolistas en cantidad y calidad. No hay excusa y yo desde luego no voy a poner ninguna.

Vuelvo al CD Lugo de la mano de Moure, espero estar a la altura de lo que él espera de mi.

En casa se rien de mi, sospechan que estoy disfrutando, que me encanta lo que voy a hacer, conocen a un entrenador desde hace años, pero mi rostro refleja algo que nunca vieron.

Les doy las gracias por animarme desde el primer segundo. Sacrificaron la playa de Huelva y los paseos en camello en Lanzarote. Un motivo más para que se sientan orgullosos de mi nuevo desafío deportivo.

Gracias a todos los que me habéis enriquecido como persona y entrenador. Llevaré todas esas experiencias para mejorarme como entrenador y sobre todo como persona. Intentaré influir positivamente en los nuevos jugadores que me toque disfrutar.

Mis queridos amigos, nos vemos.

Plymouth

Me cuesta escribirlo, pero creo que va bien. Plymouth es desde hace días el centro casi principal de esta familia. No quiero olvidarme de Xares.
Carmen cogió un autobús hasta Santander, de ahí un ferry a Inglaterra, y allí vive desde hace días entre emociones y sensaciones nuevas. Su inglés mejora rápidamente y su soltura con la master card no tiene duda.
La echamos de menos pero la vemos tan atrevida, tan suelta, tan segura que nos hace felices con vértigo. Probablemente sea la mezcla que sentimos los novatos en estas lides.
Instalada en su nueva casa, emulando a Luisete y a Ana, se siente importante, protagonista, poderosa, probablemente porque lo es.
Su año ha sido de matrícula. Trabajó con esmero y dedicación, supo levantarse en momentos complicados, tuvo empuje y orgullo en situaciones comprometidas. Resolvió con madurez adolescente las crisis lógicas y las absurdas.
Es ya una chica, con aspiraciones más que justificadas a ser alguien importante en su vida. En las de sus padres, su hermano, su familia, es imprescindible, indispensable y muy necesaria.
Ya la conocéis. Se deja querer y es muy cercana, los padres siempre queremos que la cercanía roce nuestra piel a cada momento, pero a muchos kilómetros, la sentimos como si estuviera en su habitación escuchando música en su ipod a través de sus galácticos cascos, en la plaza mayor paseandose con sus colegas, entrenando con pasión en el poli.
Como dice ella, siempre al límite, dándolo todo, porque "ella lo vale".
Un beso cariño, te queremos.
Mis queridos amigos, nos vemos.

Volver

La entrada en Portonovo es estremecedora. Pero cuando te estremeces de emoción, cuando el corazón late con un ritmo distinto, cuando una sensación de ahogo te llega a la garganta, cuando ves pasar en un segundo tantas vivencias impagables.
Así llegué el viernes, cada mirada un recuerdo, cada paso una vivencia, cada calle una evocación.
Llegué un fin de semana de junio con dos personajes no habituales, Carmen y David. Recorrimos los rincones festivos, los hoteles pasados, los toboganes asaltados, los bares asediados, y La Meca.
Estaba cerrada, esperando su hora, preparándose para la noche anual, quieta, sileciosa.
Los días transcurrieron entre la playa y el vóley, huyendo del sol y solicitando la sombra, embadurnándonos de crema protectora y reclamando el agua fresca del atlántico.
Llegó la noche del sábado y ubicados los peques convenientemente, nos fuimos Natalia y yo, a la llamada de la jungla.
Confieso que nervioso, como el que atraviesa una puerta que no le pertenece, entré en un templo sagrado, me fundí en abrazos y recuerdos con mi pasado más reciente.
Encontré amigos y emociones por igual, me perseguían los combinados de brugal y coca cola como posesos. Ese espíritu sigue tan vivo como siempre. Realmente creamos un vínculo tan fuerte en Outeiro que me enorgullece seguir perteneciendo a él.
La foto es más que significativa, es uno de los símbolos de ese equipo que pasa de una temporada a otra con tanta facilidad que asusta.
Volver a Portonovo estando ellos y volver a entrenar. Vuelvo después de dos años a sentir la fiebre, el latido irregular, la fuerza constante. Estaré muy cerca del que me lleva. Mourelos me acerca al sueño de entrenar y sentirme útil.
Os daré más detalles, no quiero estropear esta entrada. Son muchas y buenas sensaciones las vividas en los últimos días.
Mis queridos amigos, nos vemos.

Hablar por hablar

Viví el partido más importante del año con unos cascos puestos.
A las 13 horas del domingo, disfrutando de los últimos minutos de playa de un antológico fin de semana me llamó Pepe García, jefe de deportes de Radio Nacional en Galicia. Me invitó a comentar el partido del siglo y yo accedí de inmediato.
Disfruté un montón, no sin los lógicos nervios del comienzo hasta que te haces a los cascos, al micro, a la sincronización con el compañero y a las miradas de amigos y desconocidos en mi privilegiada posición.
No canté ningún gol del Lugo, ni su ascenso, pero valió la pena la experiencia.
Estoy viviendo unas semanas de inusitado protagonismo. El excelente fin de temporada, con partidos a todo o nada, la posibilidad de repetir ascenso, nos ha puesto a los protagonistas de hace 19 años de nuevo en el centro de la noticia. Entrevistas a este humilde bloguero en prensa, radio y televisión. Publicación de fotografías del ascenso y un devenir por la ciudad saludando a unos y a otros recordándote la gesta anterior.
Uno aspira a ser historia y lo seguirá siendo más, porque los que aspiraban a sustituirnos en el cetro glorioso, desgraciadamente no lo consiguieron.
Seguiremos esperando que nos desplace la historia, seguiremos apostando por mejorar nuestro fútbol. En la siguiente entrada, os contaré novedades muy interesantes.
Mis queridos amigos, nos vemos.

Memoria

Tuve que recurrir a la memoria histórica, porque historia parecía este blog. Memoria para recordar las claves de acceso. Faltó un tris para hacer la llamada del comodín del público en este caso a Lacoru, pero no hizo falta. Como diría el maestro Xulio Díaz, lo que bien se aprende, tarde se olvida.

Cuando llegó de Oklahoma, Luisete, ya en la península, me pidió encarecidamente que hablara de su Depor, lo dejó en agosto en plena pretemporada, con los ánimos por las nubes, con la sensación de acercarse a Europa, con las pilas cargadas, con el señorío coruñés a flor de piel, en fin, con todo atado y bien atado para disfrutar y no sufrir en la temporada. Llegó Luis a primeros de junio y ni rastro del Depor, ni rastro de visitas ilustres. Su Depor en segunda.

Mi querido Luisete, en agosto, nadie baja, todos quieren estar de la mitad de la tabla para arriba, nadie ve sus debilidades, todos exageran sus fortalezas. Es hora de hacer caja, de animar al seguidor a retirar su carnet de socio, abonado o sufridor, en este caso. Como el que hace unos días retiraste tú, síntoma evidente de que el Depor sigue vivo.

Luis, el Depor, aún sin tú saberlo, llevaba evidenciando síntomas peligrosos en los últimos años.

Tu Depor, fue nuevo rico hace varias décadas, cuando todos nos acostumbramos a escuchar la música de la champions, cuando todos veíamos al Depor entre los cuatro primeros, cuando pasaban por Riazor los grandes de España, con más pena que gloria.

Los comienzos los viví en primera persona, tus vagos recuerdos de Bebeto y Mauro Silva, los presencié yo mismo, puesto que los dos debutaron en Lugo en un partido de pretemporada. Bebeto nos metió tres goles, y lo vi apenas en el saque de centro, único momento en el que estaba quieto.

La gestión fue brillante, pero probablemente vivió por encima de sus posibilidades. El problema es que pasó en relativamente poco tiempo de lujosas mansiones a pisos de alquiler y el cambio es significativo.

Ahora lo importante es vivir su situación con normalidad, como lo hicieron muchos equipos. Las alternativas en clubs como el Depor son lógicas. En un mercado tan competitivo como este, mantenerse es un lujo. Les animó a seguir mirando a Abegondo, no sólo por obligación como dice hoy Lotina en La Voz de Galicia, sino por devoción. El Depor juvenil está en semifinales del campeonato juvenil, un dato más que elocuente de que existe cantera y con posibilidades.

Así que mi querido Luisete, no te mortifiques. El descenso es consecuencia de vivir sobre el alhambre, cosa que te recuerdo, hicieron ocho equipos en la última jornada liguera. Seguro que el próximo año, las lágrimas viajarán a otra ciudad.

Mis queridos amigos, nos vemos.

Fidelidad

Si existiese la fidelidad digital viviría en Oklahoma. Allí reside como bien sabéis desde hace ocho meses, Luis. Este humilde blog ronda sus 4150 visitas, creo que no exagero si digo que 3427, son de Luisete. No sé si la distancia hace que te sigas enganchando cada día a lo conocido, que quieras mantener un hilo conductor permanente, incluso llegué a pensar que realmente te gustaba lo que escribo. Desconozco la razón del enganche, de la petición continua de lectura, de la puntualidad de sus respuestas, del afán porque no se muera algo que empezó en su propia casa. El caso es que no tengo seguidor más comprometido con la causa como él. Se lo quiero agradecer añadiéndole otra entrada más como protagonista. Quién si no se lo merece más. Va por ti Luis, por estos meses de ejemplo para todos nosotros, por lo menos de ejemplo para mi y mis hijos, que te tienen como un auténtico héroe, de los de verdad, de los que se adaptan a las condiciones, de los que van a misa sin rechistar porque allí donde fueres haz lo que vieres, de los que se visten de normalidad por las mañanas. La foto no es perfecta, pero recoge una instantánea de como te hemos visto durante estos meses. Disfruta y apura todo lo que puedas este mes, seguro que vendrás con cierta pena, seguro que dejas muchas cosas allí, seguro que algún día volverás, seguro que nada será ya lo mismo después de este año. Seguro que todo será mucho mejor. Seguro que estás más preparado para todo. Y de todas formas, como reza la canción de moda, no Incio, en Lugo, en Galicia, en España, espero que en Europa, "que te quiten lo bailao". Buenos días aquí en Lugo, Luisete. Mis queridos amigos, nos vemos.

15 años...

... tiene mi amor. Así reza una de las canciones más laureadas de la discografía española. No pasa de moda, resiste a las nuevas generaciones y cada una de ellas la hace suya.

Carmen se apunta hoy al prestigioso club de los 15. Ese estado en el que los sueños cabalgan con galope firme, donde todo se vuelve mágico, donde la magia es cambiante, donde es cambiante el carácter, donde el carácter se desequilibra por momentos.

Se levantó hoy con la fuerza de un terremoto, con la seguridad de una diosa. Porque así es como se siente. Es el centro del universo y lo sabe.

Se va convirtiendo en aspirante a persona adulta, con lo que tiene eso de imprevisión. Hoy me como el mundo y dentro de un ratito, me repite como el ajo.

Carmen va creciendo con sus dudas, sus inseguridades, sus cavilaciones. Nada extraño ni en esa edad ni en ninguna. Huye despavorido del que no dude, del completamente seguro, del que no cavile una y mil veces en su vida.

Crece también en su orgullo, en su insistencia, en su compromiso con sus amigos, en su empeño.

Con esto conseguirá apañarselas en los buenos momentos y superar los malos.

La veo autosuficiente y esto para un padre, ya visualizando el horizonte, tranquiliza y enorgullece. La veo crítica y valiente en un mundo donde la mujer sigue día a día luchando por sus derechos igualitarios. La veo cariñosa y haciendo una llamada de larga distancia, una noche del 5 de agosto, enviándome un beso. Colgaré el teléfono o el skip o lo que esté inventado, feliz y con la esperanza de que ella también lo sea.

Feliz cumpleaños, Carmen, cariño.

Mis queridos amigos, nos vemos.

12 años

Aquí aparece custodiado por sus colegas de cole. Todos compartieron mesa y mantel. Natalia les preparó lasaña, esa comida que asegura la unanimidad en los gustos infantiles.

La celebración, el cumple de David.

Atesora gran facilidad para hacer amigos. Perfecta virtud para abrirse paso en este mundo global. Posee un arma de dificil defensa, su sonrisa. David engancha, se hace querer, también él es cariñoso en la distancia corta y muy juguetón.

Los que somos padres, comenzamos a preguntarnos por el futuro de estos aspirantes a hombrecillos. Yo sólo aspiro a que se gane la vida por cuenta propia, que cuantas veces caiga, mueva su cabeza, levante su mirada, nos regale su sonrisa, se ponga en pie, se sacuda sus pantalones y "a tirar palante".

Creo que me va a salir viajero o lo que quiera. Que sea libre para elegir, que sea respetuoso con los demás, que sea crítico con la injusticia, que sea humilde con los débiles, que sea comprometido con su causa, que su causa sea digna y así será feliz.

Gracias David, por dejar que te acueste cada noche, por preguntarme cada día que tal me fué, por mirarme cada vez que sacas una mano y evitas un gol, por cuidar mis excesos con el chocolate.

Un beso muy grande y feliz cumpleaños campeón.

Mis queridos amigos, nos vemos.

Azul y rojo

No debe de ser fácil para un hincha del Barça pasearse por los aledaños del Santiago Bernabeu pertrechado con la indumentaria blaugrana ni a la inversa un tifosi merengue hacer lo propio por el Nou Camp. No debe de ser fácil para David, atravesar todos los jueves del año, el campo Nº 1 de las Gándaras ataviado con su uniforme azul en un mar rojo. En invierno todavía se pasa más desapercibido, pero ahora con el cambio horario, el aspirante a hombrecito recorre el camino, con una luminosidad que impide el anonimato. Grande David, confieso que no sé si a su edad me hubiera atrevido con semejante envite. Después de exponerse a las miradas de cuantos jugadores, entrenadores, aficionados, gente de bien, ojeadores, padres de jugadores que convergen a esa hora, se centra en su trabajo. Vuelve a destacar el azul sobre una marea roja en el escenario, el campo de fútbol. Es portero, o mejor dicho quiere seguir siendo portero. Para eso tiene que cruzar la ciudad, adentrarse en territorio ajeno, entrenar con adversarios deportivos y ya puestos hermanar a dos clubs con algunas diferencias. Todo un personaje este chaval. La personalidad va a ser su fuerte, la personalidad sin aspavientos, con normalidad, con sonrisa por supuesto. Sigue Carmen encontrandose, conociendose, viendo que crecer tiene algunas contraindicaciones pero un montón de emociones. Sigue enganchada a su Voley, está conociendo nuevas situaciones, extrañas sensaciones, en defintiva, experiencia. Natalia, sin ella, no sería. Yo con estos tres protagonistas, encantado de haberme conocido. Mis queridos amigos, nos vemos.

Soliloquio

Seguiré haciendo de este blog el testamento digital, las memorias guardadas y la conciencia del momento.
Una unión casi perfecta, carente de orden, seguro, pero que algún día podré analizar casi hoja por hoja, encontrando cada uno de los momentos importantes de mi vida.
El trabajo desde navidades ha sido casi frenético, descuidado el blog, descuidada la piscina, pero más entero y preparado que nunca.
Animado en el trabajo, ocupado y preocupado en casa, falta lo otro.
El fútbol, entre desganado y olvidado. Sólo veo lo que más me gusta, la Resi Alevín y el Barça. El resto los resúmenes de la tele.
Enganchado a la champions y enganchado a Fernando Vázquez, no necesito ver el partido, me vale escucharlo.
Tengo mono de fútbol, tengo mono de entrenar, no sé si conseguiré entrenar con multitaco o playeros, con quince guajes de doce años, todos uniformaditos, con las botas de Cristiano, Messi, Torres... con ganas de ser jugadores de verdad.
Me quedan cuatro años para poder entrenar a David, si lo consigo, os invitaré a una ronda, sería el mejor regalo, sería el mejor año, sería el mejor entrenador.
Si no lo consigo, seguiré como hasta ahora, oyendo las broncas de Natalia por jugar al balón en el pasillo, por tirar otra vez la foto de la mesa del salón. Seguiré haciendo las pretemporadas con él en Matela.
Seguiré arreglando el fútbol de boquilla con Mourelos, titulando a los nuevos entrenadores, envejeciendo e impotente, por haber entregado aquella carpeta azul.
Mis queridos amigos, nos vemos.

Reencuentro

Enero no se merece un vacio. Probablemente ningún día, ninguna hora, ni un segundo. Pero irme de este enero de 2011, sin apretar ni una sola tecla de ordenador sonaba a abandono, a arrojar la toalla, a desidia si me apuráis.
No va a suceder. Más de cuatrocientas visitas sin un párrafo que echaros a la cara es una respuesta callada y un motivo más para escribir. Alguien está al otro lado esperando algo. Probablemente sea un mecánico impulso de ratón, una habitual excusa cuando uno enciende el ordenador, me da igual, hay gente que merece una línea más que otras el saludo.
Pasó este mes casi de puntillas, amenazante cuesta de enero, seguimos en pie.
Los del fútbol unos mejor que otros, los que no tenemos fútbol, inventando excusas y proyectos.
Los que están fuera, con el billete de vuelta entre los dientes, los de casa creciendo, compitiendo, dialogando, negociando, engañando a la adolescencia, ahora estoy, ahora me he ido.
Besos y abrazos, reencontrados quedáis.
Mis queridos amigos, nos vemos.