Volver

La entrada en Portonovo es estremecedora. Pero cuando te estremeces de emoción, cuando el corazón late con un ritmo distinto, cuando una sensación de ahogo te llega a la garganta, cuando ves pasar en un segundo tantas vivencias impagables.
Así llegué el viernes, cada mirada un recuerdo, cada paso una vivencia, cada calle una evocación.
Llegué un fin de semana de junio con dos personajes no habituales, Carmen y David. Recorrimos los rincones festivos, los hoteles pasados, los toboganes asaltados, los bares asediados, y La Meca.
Estaba cerrada, esperando su hora, preparándose para la noche anual, quieta, sileciosa.
Los días transcurrieron entre la playa y el vóley, huyendo del sol y solicitando la sombra, embadurnándonos de crema protectora y reclamando el agua fresca del atlántico.
Llegó la noche del sábado y ubicados los peques convenientemente, nos fuimos Natalia y yo, a la llamada de la jungla.
Confieso que nervioso, como el que atraviesa una puerta que no le pertenece, entré en un templo sagrado, me fundí en abrazos y recuerdos con mi pasado más reciente.
Encontré amigos y emociones por igual, me perseguían los combinados de brugal y coca cola como posesos. Ese espíritu sigue tan vivo como siempre. Realmente creamos un vínculo tan fuerte en Outeiro que me enorgullece seguir perteneciendo a él.
La foto es más que significativa, es uno de los símbolos de ese equipo que pasa de una temporada a otra con tanta facilidad que asusta.
Volver a Portonovo estando ellos y volver a entrenar. Vuelvo después de dos años a sentir la fiebre, el latido irregular, la fuerza constante. Estaré muy cerca del que me lleva. Mourelos me acerca al sueño de entrenar y sentirme útil.
Os daré más detalles, no quiero estropear esta entrada. Son muchas y buenas sensaciones las vividas en los últimos días.
Mis queridos amigos, nos vemos.

Hablar por hablar

Viví el partido más importante del año con unos cascos puestos.
A las 13 horas del domingo, disfrutando de los últimos minutos de playa de un antológico fin de semana me llamó Pepe García, jefe de deportes de Radio Nacional en Galicia. Me invitó a comentar el partido del siglo y yo accedí de inmediato.
Disfruté un montón, no sin los lógicos nervios del comienzo hasta que te haces a los cascos, al micro, a la sincronización con el compañero y a las miradas de amigos y desconocidos en mi privilegiada posición.
No canté ningún gol del Lugo, ni su ascenso, pero valió la pena la experiencia.
Estoy viviendo unas semanas de inusitado protagonismo. El excelente fin de temporada, con partidos a todo o nada, la posibilidad de repetir ascenso, nos ha puesto a los protagonistas de hace 19 años de nuevo en el centro de la noticia. Entrevistas a este humilde bloguero en prensa, radio y televisión. Publicación de fotografías del ascenso y un devenir por la ciudad saludando a unos y a otros recordándote la gesta anterior.
Uno aspira a ser historia y lo seguirá siendo más, porque los que aspiraban a sustituirnos en el cetro glorioso, desgraciadamente no lo consiguieron.
Seguiremos esperando que nos desplace la historia, seguiremos apostando por mejorar nuestro fútbol. En la siguiente entrada, os contaré novedades muy interesantes.
Mis queridos amigos, nos vemos.

Memoria

Tuve que recurrir a la memoria histórica, porque historia parecía este blog. Memoria para recordar las claves de acceso. Faltó un tris para hacer la llamada del comodín del público en este caso a Lacoru, pero no hizo falta. Como diría el maestro Xulio Díaz, lo que bien se aprende, tarde se olvida.

Cuando llegó de Oklahoma, Luisete, ya en la península, me pidió encarecidamente que hablara de su Depor, lo dejó en agosto en plena pretemporada, con los ánimos por las nubes, con la sensación de acercarse a Europa, con las pilas cargadas, con el señorío coruñés a flor de piel, en fin, con todo atado y bien atado para disfrutar y no sufrir en la temporada. Llegó Luis a primeros de junio y ni rastro del Depor, ni rastro de visitas ilustres. Su Depor en segunda.

Mi querido Luisete, en agosto, nadie baja, todos quieren estar de la mitad de la tabla para arriba, nadie ve sus debilidades, todos exageran sus fortalezas. Es hora de hacer caja, de animar al seguidor a retirar su carnet de socio, abonado o sufridor, en este caso. Como el que hace unos días retiraste tú, síntoma evidente de que el Depor sigue vivo.

Luis, el Depor, aún sin tú saberlo, llevaba evidenciando síntomas peligrosos en los últimos años.

Tu Depor, fue nuevo rico hace varias décadas, cuando todos nos acostumbramos a escuchar la música de la champions, cuando todos veíamos al Depor entre los cuatro primeros, cuando pasaban por Riazor los grandes de España, con más pena que gloria.

Los comienzos los viví en primera persona, tus vagos recuerdos de Bebeto y Mauro Silva, los presencié yo mismo, puesto que los dos debutaron en Lugo en un partido de pretemporada. Bebeto nos metió tres goles, y lo vi apenas en el saque de centro, único momento en el que estaba quieto.

La gestión fue brillante, pero probablemente vivió por encima de sus posibilidades. El problema es que pasó en relativamente poco tiempo de lujosas mansiones a pisos de alquiler y el cambio es significativo.

Ahora lo importante es vivir su situación con normalidad, como lo hicieron muchos equipos. Las alternativas en clubs como el Depor son lógicas. En un mercado tan competitivo como este, mantenerse es un lujo. Les animó a seguir mirando a Abegondo, no sólo por obligación como dice hoy Lotina en La Voz de Galicia, sino por devoción. El Depor juvenil está en semifinales del campeonato juvenil, un dato más que elocuente de que existe cantera y con posibilidades.

Así que mi querido Luisete, no te mortifiques. El descenso es consecuencia de vivir sobre el alhambre, cosa que te recuerdo, hicieron ocho equipos en la última jornada liguera. Seguro que el próximo año, las lágrimas viajarán a otra ciudad.

Mis queridos amigos, nos vemos.