Cosquilleo...

... nerviosismo, hormigueo, excitación, inquietud, ansiedad. Calificativos que se resumen en feliz, aunque suene ñoño y algo ridículo. Creo que las cosas que se afrontan con un estado de felicidad, tienen pocas opciones de fracasar.

Miedo también tengo, miedo a desilusionarme porque la carga es muy alta, a menudo me intranquiliza lo perfecto que va saliendo todo, aunque todavía no me puse el chandal, no me calcé las botas, no fije el cronómetro en la muñeca ni siquiera estreché la mano de ningún jugador.

Pero estoy donde nunca imaginé que pudiera volver, y creo que en las mejores condiciones que nunca ambicioné.

Solo queda empezar y sobre todo disfrutar. Si me imagino que salga la mitad de lo que espero, lo pasaré muy bien, si sale todavía mejor, será impagable la experiencia.

Cuento con compañeros de viaje imposibles de mejorar, con futbolistas en cantidad y calidad. No hay excusa y yo desde luego no voy a poner ninguna.

Vuelvo al CD Lugo de la mano de Moure, espero estar a la altura de lo que él espera de mi.

En casa se rien de mi, sospechan que estoy disfrutando, que me encanta lo que voy a hacer, conocen a un entrenador desde hace años, pero mi rostro refleja algo que nunca vieron.

Les doy las gracias por animarme desde el primer segundo. Sacrificaron la playa de Huelva y los paseos en camello en Lanzarote. Un motivo más para que se sientan orgullosos de mi nuevo desafío deportivo.

Gracias a todos los que me habéis enriquecido como persona y entrenador. Llevaré todas esas experiencias para mejorarme como entrenador y sobre todo como persona. Intentaré influir positivamente en los nuevos jugadores que me toque disfrutar.

Mis queridos amigos, nos vemos.