Plymouth

Me cuesta escribirlo, pero creo que va bien. Plymouth es desde hace días el centro casi principal de esta familia. No quiero olvidarme de Xares.
Carmen cogió un autobús hasta Santander, de ahí un ferry a Inglaterra, y allí vive desde hace días entre emociones y sensaciones nuevas. Su inglés mejora rápidamente y su soltura con la master card no tiene duda.
La echamos de menos pero la vemos tan atrevida, tan suelta, tan segura que nos hace felices con vértigo. Probablemente sea la mezcla que sentimos los novatos en estas lides.
Instalada en su nueva casa, emulando a Luisete y a Ana, se siente importante, protagonista, poderosa, probablemente porque lo es.
Su año ha sido de matrícula. Trabajó con esmero y dedicación, supo levantarse en momentos complicados, tuvo empuje y orgullo en situaciones comprometidas. Resolvió con madurez adolescente las crisis lógicas y las absurdas.
Es ya una chica, con aspiraciones más que justificadas a ser alguien importante en su vida. En las de sus padres, su hermano, su familia, es imprescindible, indispensable y muy necesaria.
Ya la conocéis. Se deja querer y es muy cercana, los padres siempre queremos que la cercanía roce nuestra piel a cada momento, pero a muchos kilómetros, la sentimos como si estuviera en su habitación escuchando música en su ipod a través de sus galácticos cascos, en la plaza mayor paseandose con sus colegas, entrenando con pasión en el poli.
Como dice ella, siempre al límite, dándolo todo, porque "ella lo vale".
Un beso cariño, te queremos.
Mis queridos amigos, nos vemos.