La frase

"Décadas prodigiosas".



Línea de cuatro

Línea de cuatro

martes, 8 de noviembre de 2011

Ecuaciones



David me dijo que le motivaba hacer las ecuaciones con él. Dicho y hecho, lo que siempre fue una cruz, con el paso de los años es un divertimento. Me gusta hacerlas, hasta un determinado nivel, pero me encanta más verlo a él, pegado a mi, discutiendo la solución del ejercicio. David necesita a alguien cercano siempre. El truco de la motivación es un abuso por su parte, pero llegará el momento que uno eche de menos ese exceso.

Carmen, mientras discutimos si la solución es la correcta, se enrrolla con Amador, mejor dicho con su ética. Ver a Carmen con un libro en las manos, es tan normal que parece que forma parte del mobiliario de la casa, igual que ver a David, conduciendo una diminuta pelota, haciéndola rodar por el pasillo, recortando hacia su habitación, driblando un jarrón, haciendo una pared con la idem y rematando a bocajarro entre las patas de su mesa de estudio mientras inmediatamente después y sobre su cama bloca el balón americano que le trajo Luisete.

Va siendo también habitual ver a Natalia con un libro de cabecera, con alguno de ellos bien podría ahorrarse el gimnasio. Leer y hacer ejercicio es hacer doble deporte, el del cuerpo y el de la mente. No me preguntéis cual es más importante, con los tiempos que corren, tener la mente ágil puede solucionar más que rebajar la marca individual de la cocina al salón.

Luego está mi otra gente, mis niños, los padres de mis niños, los profes de mis niños, las novias y/o amigas de mis niños, sería un largo etcétera.

A uno de ellos se le fue el temperamento a hacer un recado y se le hizo de noche a las dos de la tarde. Nada incurable, nada irrecuperable. Hay que pasarlo, como se curan las gripes o bien con una semana en la cama o con siete días de reposo.

Por lo demás metidos en noviembre, ese mes que suena a nieblas, a tinieblas, a lluvia, a tristeza. Entre el atiborre de San Froilán y las cuchipandas de Navidad. Flojo, con poca alma. Menos mal que están David y Carmen para mantenerme despierto, Natalia obsequiándome con su presencia y con sus guisos, y mis niños poniéndome en alerta cada día exigiéndome su minuta.

En resumen, la vida es una ecuación diaria, con sus incognitas, son sus términos. Hay que dar con la solución.

Mis queridos amigos, nos vemos.

2 comentarios:

  1. Me gusta que vuelvas a actualizarlo, espero que se convierta en un habito y todas las semanitas nos dejes aqui una pequeña entrada.

    Un abrazo, Luis

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  2. Porfiin una entrada!me gusta me gusta me gustaa!
    espero que no tardes mucho en actualizarlo!me encanta este blog asique no lo vuelvas a abandonar!un besazo!!

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