La frase

"Décadas prodigiosas".



Línea de cuatro

Línea de cuatro

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Tarde

Felices fiestas, felices fiestas, felices fiestas, así estoy pasando la tarde. La foto es rigurosamente actual, al fondo el portátil llenándome el oido de música constante, al lado se acumulan los sobres y la tarjetas de felicitación.
Acabo de escuchar "Jueves " de La Oreja de Van Ghogt y necesitar el klínex de emergencia fue todo uno. Hay canciones que te llegan y te atrapan. Le pego a todo, me encanta el plante de Chayanne en medio de un cruce de calles, cantándole Torero a una morena que hace muchos años me cautivó. Soy un clásico, me gusta ver películas repetidas, me encanta escuchar canciones pasadas. Será que me hago mayor. Me resisto, me gustan los vaqueros gastados, las camisas prietas, las camisetas juveniles. Debe de ser una lucha constante por estar a la altura de mis hijos, poder compartir con ellos todavía algún gusto. No me resisto pero sé que esa partida está tan perdida como el resto de padres que lo intentaron.
Mi tiempo lo ocupan ellos, Natalia, y perdón, el fútbol. Escribo las felicitaciones, se me cae una lágrima oyendo una canción, y pienso en un entrenamiento cualquiera, que equipo sacaría si fuera Guardiola, como me gustaría estar en un vestuario oyendo a Mouriño, como me hubiera gustado que la llamada que recibí hace una hora, no fuera para un dato burocrático.
Estoy empezando a pensar que este blog que casi tiene un año, es un diario, seguro que alguna vez será un testamento y que está guardado en alguna nube digital.
Sabina me alegra la tarde, su voz ronca mejora versiones anteriores. "Lo nuestro duró, lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks", el punteo de esa guitarra me anima, me provoca, me seduce. Escucharlo en esta tarde-noche fría y seca me muestra invencible, preparado, estimulado, motivado, con los roles que te va dando la vida a cada momento, hora preparando el examen de matemáticas de David, hora escuchando a Carmen cuando quiere hablar por los codos, aunque sea a una hora, 7,40 en la que lo único que quieres escuchar es el agua sobre el plato de la ducha, hora con Natalia organizando o solucionando cuestiones caseras, hora la llamada de ánimo a Gijón, hora engancharte al clon universitario que me visita alguna que otra noche.
Sigo escuchando la versión de Enrique Burbury de "Frente a frente", " Queda, que poco queda, de nuestro amor apenas queda nada, apenas ni palabras, queda" os dejo con esta balada que me envuelve otra vez entre la emoción y el reto de ser mejor, de querer mejor, de llegar mejor, de sentirte mejor.
Mis queridos amigos, nos vemos.

1 comentario:

  1. Si, soy yo otra vez en menos de 20 min.
    Que cierto lo que dices en este tablonb sobre los padres, ellos intentan estar a la moda como sus hijos pero es imposible... Y yo a veces pienso, si tengo hijos voy a estar a la moda como ellos, pero si realmente lo peinso va a ser muy dificil porque las modas cambian muy rapido y cuando te haces mayor no quieres unirte a ellas.
    Bueno tio, que me algegro de que este blog vaya tan bien y tan rapido y lanzado, sigue escribiendole porque como minimo vas a tener siempre un lector americano.
    Un abrazo, Luis.

    ResponderEliminar