Cacharrón, Modesto, Miguel, Alvite

Eramos cuatro, pero parecíamos uno. Formamos la línea defensiva, junto con otros compañeros, durante varios años del C.D. Lugo.
Jugábamos casi de memoria, porque la coordinación y el entendimiento era total. No era fruto de la casualidad. El entrenamiento táctico era tan exigente que superaba muchas veces la exigencia de los partidos.
Hace unos meses, leía una entrevista en El País, de Franco Baresi, defensa central del Milan de Arrigo Sacchi, e ídolo del que suscribe. Comentaba el método de entrenamiento y como en muchas ocasiones hacían ejercicios de defensa, cuatro contra diez.
Me recordó el trabajo táctico defensivo del cuarteto de arriba, cuando venían oleadas de compañeros y acabábamos defendiendo cuatro contra todo el equipo.
Me alegró saber que incluso en la élite, se entrenan estos aspectos, o por lo menos algunos equipos.
Dominábamos muchos conceptos defensivos, desconocidos en muchos jugadores de primer nivel. Obviamente no alcanzábamos otras condiciones que a ellos les venía de serie.
El trabajo defensivo, perdón, el buen trabajo defensivo, en mi opinión es algo a valorar. Confieso que soy un enamorado de esta faceta. Disfruto enormemente viendo a los niños de fútbol siete jugando al fútbol, me encantan los equipos que tienen un trato exquisito al balón. Con esto quiero aclarar que el fútbol combinativo me apasiona, en este blog tendrá un lugar privilegiado, sobre todo en la formación del jugador, pero reivindico el aspecto defensivo que debe de tener un colectivo y el trabajo individual del jugador en esta faceta, incluido por supuesto, en la formación.
En mi opinión, defender bien, es hacerlo sin faltas, no tiene porque relacionarse con un equipo de trotones basado en la condición física. Es defender con inteligencia. No es acumular jugadores. Es obligar al adversario a atacarte por donde tu quieres, y si lo hace, estarás mejor preparado. Es llevar el tempo del partido, aunque el balón lo tenga el contrario. Es neutralizar el juego ofensivo colectivo e individual del rival. Es defender para atacar mejor. Es engañar al contrario defendiendo simultáneamente, en distintas zonas del campo, replegado, plegado o en presión.
Los que me padecisteis tantos años en juveniles y en el Outeiro, sabéis de que hablo. Muchas horas de entrenamiento. Gracias a Picado, Trigo, Jhonny, Noel, Román, Michel, Julio Lozano, Chini, Moreno, Isidro, Alex, Joaquín... y alguno más que me quede. Gracias a los compañeros del cuarteto, me hicieron, estoy seguro, mejor jugador de lo que era.
Mis queridos amigos, nos vemos.