Sabores y colores

Hoy en el desayuno matinal, me encontré con Donuts encima de la mesa, alimento poco frecuente en mi casa. Como uno no es que viva de recuerdos, sino que recuerda lo que vive, se me fue la memoria a los años en que yo tenía la edad de David o Carmen. Cuando mi hermano y yo camino al colegio, parábamos en la panadería de la esquina y recogiamos nuestro diario Donuts para el recreo.
Mi madre pagaba el producto a razón de 8 pesetas por pieza.
La dependiente envolvía con sumo cuidado cada uno de los Donuts en papel fino de color carne, ante nuestra atenta mirada... Y al cole.
El donuts me sabe a colegio, a lapiceros, a libros recién estrenados, a goma de borrar, a tiza, a un montón de sabores y colores que forman parte de esa memoria histórica que retenemos a sabiendas y que aflora cuando vemos repetir a otras generaciones, situaciones parecidas.
Homenaje por tanto al Donuts, al de antes por supuesto. Pero también al que vi en el desayuno, por poner a funcionar mi mente hacia atrás. Por contaros un detalle simple de mi vida, por hacer un poco protagonista hoy en este blog a mi madre. Por la entereza que mantuvo esta semana, donde las noticias no fueron buenas.
Mis queridos amigos, nos vemos.